Hay una verdad silenciosa que muchas de nosotras hemos olvidado: tu relación más íntima en la vida no es con otra persona… es contigo misma.
Nos enseñaron a esperar que otro despertara lo que nosotras no sabíamos abrazar.
A creer que el amor, el deseo o el placer eran algo que venía de fuera: de una pareja, de una caricia ajena, de una aprobación externa.
Pero la realidad es más profunda: tu sexualidad empieza en ti.
Empieza en cómo te miras, cómo te tratas, cómo respiras, cómo te habitas.
Empieza en el amor que te das, no en el que recibes.
El placer no es un punto: es un cuerpo entero, es una vida entera
Durante demasiado tiempo nos hicieron creer que el placer femenino estaba reducido a un punto, a una zona, a algo chiquito, casi escondido.
Pero el placer es mucho más amplio, más profundo, más vivo que eso.
Tu cuerpo entero es sensorial.
Tu piel escucha.
Tu energía responde.
Tu corazón siente.
Tu respiración abre espacios que ni sabías que estaban cerrados.
El placer no vive solo en el clítoris.
Vive en: una piel que se eriza, un pecho que se abre, un vientre que se afloja, una espalda que se estira, una mirada que se enciende, un suspiro que te recoloca entera
Y vive también fuera del cuerpo… en la vida misma.
Porque el placer está en un amanecer que te toca por dentro, en el sol calentándote la cara, en una comida que te emociona, en un postre que te recuerda que sentir también es disfrutar, en una música que te atraviesa, en un abrazo que te recoge, en un movimiento que te libera.
El placer es presencia. Es belleza. Es vibración. Es decirle SI a la vida en letras grandes.
Esperar que el otro nos dé lo que no sabemos darnos
Muchas veces esperamos que una pareja: nos haga sentir deseadas, nos despierte el cuerpo, nos valide el deseo, nos enseñe a disfrutar, nos dé una intensidad que nosotras no nos hemos permitido.
Pero nadie puede darte lo que tú misma no te das.
Nadie puede entrar en los rincones de tu cuerpo donde tú no has entrado.
Nadie puede sostener una intimidad que tú no sostienes contigo.
Nadie puede abrir un placer que tú no te permites.
Es imposible que otro rellene un espacio que tú no habitas.
La sexualidad como camino de regreso a ti
La sexualidad no es un acto.
Es una relación: la relación que tienes con tu cuerpo, con tu placer y contigo misma.
Es aprender a escucharte. A sentirte. A mirarte con verdad.
A ofrecerte lo que durante años esperaste del otro.
Es reconocer que tu energía sexual es fuerza de vida, creatividad, intuición, expansión.
Que tu placer no es un regalo externo: es una llave interna.
Y que cuando una mujer vuelve a su cuerpo, toda su vida cambia, no porque alguien la cambie, sino porque ella vuelve a habitarse.
Volver al cuerpo, volver a la vida, volver a ti
Quizás hace tiempo que sientes el llamado.
Quizás ya no quieres vivir desconectada.
Quizás te estás cansando de esperar fuera lo que nace dentro.
Y está bien.
Este es el comienzo.
Porque ahora sabes algo esencial: Tu placer es tuyo. Tu cuerpo es tuyo. Tu energía es tuya. Y tu regreso empieza contigo
Y solo por todo esto, que para mí es mucho y es esencial he decidido crear un espacio para hacerlo juntas.
Para que este regreso a ti no sea algo solitario, sino un camino acompañado, cálido y consciente.
Y si no puedes venir o prefieres vivirlo a tu ritmo, también puedo acompañarte de forma individual, o puedes hacerlo tú sola… lo importante es hacerlo.
Lo importante es volver a ti.
El día 13 de diciembre, sábado, en Barcelona abriremos este espacio.
Un lugar para empezar a hacer magia desde el cuerpo, la presencia y el placer de ser tú.
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